Unas de las preocupaciones más frecuentes que tienes como mamá, es al escuchar el llanto de dolor de tu bebé y al verlo sufrir porque le duele el estómago y no puede hacer del baño con regularidad.
El estreñimiento puede presentarse en bebés de 0 a 36 meses a consecuencia de la alimentación por medio de fórmulas infantiles, cambios en la dieta, falta de líquidos o deshidratación o una escasa alimentación por medio de la leche materna.
Estas circunstancias provocan severas molestias al bebé, ya que le ocasionan dolor durante las deposiciones o malestar en su pancita. Frecuentemente, el estreñimiento infantil comienza cuando el bebé inicia con alimentos sólidos como parte de su dieta, pero, ¿qué señales indican que tu bebé está estreñido?
Heces duras o en forma de gránulos.
Dificultad y dolor para hacer del baño.
Evacuaciones poco frecuentes o con menor regularidad.
Ante estas señales, lo mejor es que lleves cuanto antes a tu bebé con el pediatra para que te aconseje acerca de lo que es más indicado para el pequeño. Sin embargo, puedes comenzar a hacer algunos cambios que podrían ayudarlo, como los que a continuación te compartimos:
Dale de beber agua con frecuencia.
Procura que tu bebé coma más verduras, ya sean crudas o cocidas.
Ofrécele jugo de manzana, ciruela o pera, además de su alimentación regular.
Si tu bebé ya come alimentos sólidos, una buena opción es darle puré de ciruela pasa, ya que contiene más fibra que otras frutas y verduras.
Privilegia el trigo integral, cebada, avena y cereales multigrano, por encima del arroz.
Si el niño ya va al baño solo, vigílalo para que lo haga por lo menos una vez al día como mínimo. También puedes poner supositorios de glicerina para estimularlo, siempre y cuando lo consultes con su doctor. Son pocas las ocasiones en las que el estreñimiento infantil está relacionado con un padecimiento serio, así que… ¡no te preocupes!
Esperamos que los consejos que te compartimos en este artículo te sean de utilidad.